sábado, mayo 27, 2006

Lost. 2º Finale.

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Para mí Lost supone un gratísimo disfrute, pero sobre todo una inestimable fuente de desarrollos imaginativos y especulaciones posteriores al religioso visionado periódico de cada nuevo episodio –única serie ahora mismo que ejerce tal poder de atracción sobre mí que me obliga a llevarla al día: las temporadas de The West Wing, Arrested Development, Prison Break y The L Word que mantengo estancadas "porque tengo más cosas que hacer" no pueden decir lo mismo–. No experimentaba tal nivel de adicción televisiva desde grandes glorias como Twin Peaks, The X Files o Six Feet Under.

Y no es porque Lost sea de la misma calidad, en gran parte debido a los altibajos que puede presentar entre capítulos, aunque eso es algo que en la segunda temporada ha desaparecido casi por completo. Es la posibilidad de especular y elaborar hipóteis, bucear en las mil referencias similares contenidas en tu mente y compararlas por analogía a la de los guionistas, lo más importante de la serie no está en los capítulos, sino a lo que incitan. Referencias a la ciencia-ficción, la mitología griega, el cristianismo, la historia de la filosofía, el budismo, la cultura popular y la literatura fantástica, entretejidas en pequeños detalles y tramas ligeramente transitadas. También está la extrema descarga de adrenalina –este verano empezaré con 24 para, si procede, comparar–. Y el factor canadiense, claro.

El caso es que la segunda temporada ha finalizado por todo lo alto, una guinda muy en la línea de la estable calidad de la serie este año. Consistente, cómo no, en la resolución de enigmas hacia delante, sepultando los antiguos a base de diez nuevos más intrigantes. Si hay para quienes el episodio doble final ha resultado decepcionante, para mí ha cumplido todas las expectativas que tenía puestas en él. 80 minutos llenos de frenética tensión, un ritmo excelentemente llevado y un endiablado acierto en la inserción de los flash-backs, que esta vez sí son tan importantes como lo que ocurre en la isla. Por supuesto, cada vez que el nombre del co-creador Damon Lindelof aparece en los títulos de crédito como guionista se sabe que el episodio va a ser impactante. Desde luego, se trata de una serie que a quienes no les entusiasmen los giros de guión –y, en ocasiones, giro y media vuelta– no creo que les haga mucha gracia. A mí me apasiona. Y el final de la segunda temporada más, todo un salto narrativo que da más vértigo que otra cosa.

Lo cual me lleva a reflexionar sobre los supuestos riesgos que corre una producción de este tipo en una cadena como la ABC. La tercera temporada se presenta como inenganchable para alguien que no haya seguido la serie anteriormente, es posible que la parquedad de los guionistas a la hora de avanzar explicaciones exaspere a los impacientes y abandonen, el grado de complicación que está siguiendo se salga demasiado de los patrones televisivos masivos habituales, etc. Solamente espero que el respaldo de la audiencia sea el suficiente para que todo termine resuelto de forma coherente y también no demasiado para que no sufra el efecto chicle de alargamiento en innumerables temporadas en pos de ingresos y en detrimento de todo lo demás.

En fin, lo malo de haber seguido esta temporada en paralelo a la emisión USA es que se me presenta todo un verano por delante de síndrome de abstinencia, elucubraciones infinitas y teorización de validez efímera.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ha sido un final emocionante, con algunos de los mejores momentos que he visto jamás en la pequeña pantalla (de la tele o del ordenador).

¡¡Atención, que SPOILEREO sin piedad!!

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1) Lo mejor, para mí, ha sido el intercambio de miradas final entre Kate y Jack. Sutil, enigmático y magistral.

2) Quizá lo único que me ha dejado algo molesto ha sido la razón por la que se estrelló el avión, que aniquila el concepto de destino en el que, hasta ahora, parecía basarse la serie. Aunque lo más probable es que esté hablando de más y los creadores tengan otras razones más trascendentes para unir a todas estas almas en pena en la isla.

3) Sin duda, lo que nos va a tener mordiéndonos las uñas todo el verano es saber qué ha pasado con Locke, Eko y Desmond. El tercero no tiene muchas posibilidades de haber sobrevivido, pero como se hayan cargado a los otros dos... Como muy bien dijo un tipo en LostForum.com, deberían haberse materializado los tres en una dimensión paralela y protagonizar un spin-off: sería el mejor programa de televisión de la Historia.

4) Ese epílogo... Realmente lo cambia t-o-d-o. Menos mal que, siguiendo su consejo, no vi el capítulo hasta después de hacer el examen...

28 de mayo de 2006, 10:40  
Anonymous Anónimo said...

Menos mal que no he leido los spoilers de Noel, que no tiene ninguna sensibilidad hacia aquellas personas que esperan a que TVE plante la segunda temporada.

Y me uno a Kesher. House es genial

28 de mayo de 2006, 14:31  
Blogger Señor Toldo said...

Lo poco que he visto de House me pareció un rollo :P

A partir de aquí spoilers:

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Verdaderamente ese habría pasado a ser El Spin-Off Definitivo. Uno de mis sueños casi se cumple en este finale: una secuencia de slapstick con Locke y Eko luchando por no pulsar/pulsar el botón, dándose golpecitos en las manos mientras uno intenta teclear, gritando números erróneos para confundir, etc. xDDD

Y algo de destinación trascendente sí que han dejado pese a la explicación "racional" del accidente en lo de que Locke estaba allí para salvar a Desmond... y que así éste salvara a los demás (de momento aún no sabemos con que consecuencias...).

¡Qué verano más largo por delante!

28 de mayo de 2006, 21:50  
Anonymous Anónimo said...

De House vi los dos primeros episodios y me aburrí como una ostra. La temática no me llama y lo único que encontré destacable fue el protagonista.

De Lost he visto poco o nada. Tampoco me atrae por lo que he podido leer por ahí. Partamos de la base de que J.J. Abrams no es santo de mi devoción, aunque "Alias", en sus dos primeras temporadas sea entretenidilla (la tercera ya me parece un coñazo).

28 de mayo de 2006, 22:17  
Blogger delirante said...

LOST es una maravilla... sobre todo para pensar y hablar sobre ella. Es más interesante las elucubraciones y las teorías que se forman en internet y entre la gente, que lo que en realidad se ve en pantalla. Pero hay que ver qué final de temporada...

Y puestos a ver series malillas... TEACHERS! xDDDD

29 de mayo de 2006, 8:25  
Anonymous Anónimo said...

Aiiiis, qué tentación los spoilers.... estoy a falta de los 5 últimos episodios, por lo cual temiendo revelaciones indeseadas he dejado de leer en determinado momento. Eso sí, algo si puedo aportar... por factor adrenalítico ninguna serie supera a 24... para mi gusto una serie con aciertos y fallos parejos a los de Perdidos... lo único que lo mejor es mucho mejor que en lost y lo peor apenas me molesta..

30 de mayo de 2006, 19:57  

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