viernes, enero 26, 2007

The Prestige

Christopher Nolan ha ido construyendo su respetable filmografía con gran acierto y habilidad para salir del cine independiente y combinar suavemente los empaques industriales de Hollywood con el respeto por sus propias constantes temáticas y preocupaciones narrativas. Ahí están, desde Following hasta Batman Begins, toda una serie de personajes protagonistas marcados psicológicamente por anómalas obsesiones cuasi-neuróticas. Aunque desde su aclamado y siempre citado thriller amnésico trabaja apoyado sobre material ajeno, ha elegido cuidadosamente el terreno más apropiado para su calzado: un intenso y frío thriller noruego de Erik Skjoldbjærg y el superhéroe clásico más oscuro y poliédrico de Bob Kane. La adaptación de la novela The Prestige del inglés Christopher Priest no es sino un acertado paso más en esta constante, un relato steampunk de la rivalidad entre dos magos victorianos obsesionados con su truco de teletransportación. Si bien en los dos casos anteriores por diversos motivos los resultados finales de las películas habían estado por debajo de las expectativas y posibilidades de los proyectos (sobre todo en el caso de Batman Begins), es justo decir que con The Prestige ha conseguido una obra a la altura de Memento.

Spoileración somera cf. James Bond no muere
En la novela de Priest quedan claras las fijaciones de unos protagonistas retratados a la perfección tanto por sus orígenes sociales como, sobre todo, sus distintas formas de afrontar el arte de la prestidigitación. Una de sus cualidades más notables eran los diferentes puntos de vista a través de los que se narraba la historia, mediante los diarios escritos por ambos Borden y Angier y que esconden algunos de los mejores trucos guardados por Priest —además de una cita evidente a la estructura de Drácula, que Nolan traslada a lo visual en un brillante ejercicio de transformación de un homenaje literario a uno de los libros más seminales en un homenaje cinematográfico a la tradición fílmica a la que también dio lugar—, y el trabajo de adaptación llevado a cabo por Nolan y su hermano Jonathan ha sido muy cuidadoso en este aspecto. Lo cierto es que toda la estructura narrativa de la película es un prodigio muy calculado y mostrado de forma nada efectista, como un motivo más de disfrute ante la sucesión de imágenes y distintas líneas temporales. Hasta tal punto que el guión de Christopher y Jonathan Nolan es el valor más sólido de la película, trastocando aspectos significativos de la novela pero siempre desde la clarividencia y acierto que provocan la sentida admiración y respeto por el original, lo que hace que todos los cambios encajen perfectamente en su esencia y no resulten extraños al lector que ahora ve cómo se ha puesto la historia en imágenes.

Si bien el original literario cuenta con un par de líneas narrativas más que añadir a su estructura y mayor ambigüedad a la hora de clarificar la técnica de Borden para realizar su truco —queda simplemente sugerida para que el lector la asuma en base a lo mostrado acerca del personaje—, Nolan la confirma, explicita, y hasta adelanta con la explicación por parte de Michael Caine de un análogo truco con canarios. Esto es algo a señalar, la película apuesta mucho más por la explicitud en ciertas secuencias, como la ya consabida ronda de flash-backs finales que puede empañar ligeramente la por otro lado catárquica experiencia de ver una adaptación en imágenes del libro que, por sus imprecisiones y variaciones, se antoja modélica y con personalidad propia. Creo que nunca había disfrutado tanto con la película de una de mis novelas favoritas desde una epifánica proyección de Il Gattopardo.

Aquí los spoilers se ponen ya serios cf. James Bond muere
Hay un punto delicado en cuanto al final de ambos relatos. La fantástica máquina de teleportación diseñada y construída por Nikola Tesla —personaje que da un insuperable aire mítico a todas sus apariciones, en Priest gracias a la prosa del inglés, en Nolan a la figura de un dicenquesél David Bowie— en la película parece actuar más bien como una replicadora perfecta, que crea dobles idénticos de Angier en el lugar que se le indique. En el libro, en cambio, su efecto era más parecido a una teletransportación, pero que dejaba en el punto de origen una estela, una sombra recuerdo de lo que ahora ha aparecido en otro lugar. En el caso de las piezas de metal y las monedas de oro sí que parecían copias idénticas —pero menos pesadas—, pero con los seres humanos dichas reminiscencias eran figuras vacías e inertes de las que no es fácil precisar si estan vivas o muertas. Esta diferencia se une a la distinta intromisión de Borden en la última función: si en la película todo parece estar orquestado por Angier para cargarle con su asesinato, en el libro su intervención termina resultando fatal para la salud del mago en mitad del proceso de teletransportación y sirve de vínculo perfecto a la línea narrativa en tiempo presente para dar lugar a uno de los finales más melancólicos, sobrecogedores y sugestivos que uno ha podido leer. No voy a negar que me decepcionó que los hermanos Nolan hubieran incluído también esto en su paquete de cambios, pero no me inclino a arremeter demasiado contra ellos porque considero que su solución funciona a nivel narrativo, que a fin de cuentas es lo que importa, aunque una vez más opten por explicitar la tensión moral que asalta a Angier cada vez que utiliza la máquina —el tener que matar a un doble idéntico (o mejor, a sí mismo) está claro que es más problemático a primera vista que deshacerse de unas réplicas cadavéricas que no se mueven pero no se es del todo consciente de su condición—.

Todos los halagos que pudiera expresar sobre la labor interpretativa de Christian Bale —a la altura del Robert De Niro de la segunda parte de El Padrino— y Michael Cane, pareja que repite su estupenda compenetración —en la que hay mucho de relevo generacional entre actores británicos, tan mítico como el de Sleuth—, pecarían de evidentes y reiterativos. Ya nos lo esperábamos. La sorpresa ha sido ver al mejor Hugh Jackman, que parece que realmente sí va a ser alguien a tener en cuenta en el futuro. Los tres dan una lección maestra y desprenden carisma por los cuatro costados, lo cual en el caso de Bale y Jackman es más meritorio al interpretar a personajes tan atormentados y egocéntricos con una gran vehemencia y capacidad para alternar verdaderos momentos de ternura en lo que respecta a sus vidas familiares.

Si resulta que la participación de Jonathan Nolan en las dos mejores y destacadas películas de su hermano es tal garantía de calidad como parece, no pueden imaginarse las ganas que tengo de ver esa verdadera película definitiva sobre Batman que se nos avecina. Y si el cuarteto Nolan-Bale-Caine-Nolan se mantuviera a lo largo de más proyectos no me es posible creer la grandeza de todo lo que podríamos ver. Perdonen la eurforia, que me dura aún unos cuantos días después, pero vamos, con toda seguridad una de las películas del año y muy capaz de desarmar mi juicio crítico ante sus escasas carencias.

+ Max Renn · Refo · Freddy

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hmm, no estoy conforme en que Insomnio y Batman begins sean obras menores dentro del bagaje de Nolan, aunque, a decir verdad, la que menos me entusiasma de las suyas no baja del notable...

¿Por qué caminos discurren esas líneas narrativas del libro que el filme prefiere omitir? Tengo mucha curiosidad por el parentesco entre libro y película, ya que dudo que, al menos a corto plazo, pueda hincarle el diente a la novela.

JARL :O, Vaya si te gustó el trabajo de Bale por la comparativa que haces :O

En fin, a ver que nos depara ese mágico cuarteto en la siguiente aventura de Batman. Por ahora, el único temor, es ver si aciertan con el toque que le dan al Joker de Ledger, que si no aciertan puede fallar bastante por ahí el asunto...

28 de enero de 2007, 20:48  
Blogger Señor Toldo said...

Reconozco que lo mío con Bale es especial, pero es que me parece todo un actorazo como pocos.

—Spoilers sobre el gran libro de Priest—
Pues en la novela hay una línea que se desarrollan en la actualidad en los que intervienen los bisnietos de los magos, más un flash-back del encuentro entre los nietos intentando la reconciliación de ambas familias que tiene un final trágico. Nada demasiado relevante, salvo porque el hecho permite profundizar un poco más en la naturaleza de los "prestigios" de la máquina de Tesla y, por supuesto, conduce al subyugante final.

29 de enero de 2007, 2:06  
Anonymous Anónimo said...

Comparto totalmente tu entusiasmo respeto a la próxima de Batman, "The Dark Knight", que volverá a contar con el cuarteto Nolan + Nolan + Bale + Caine. Como dices podemos estar ante la película definitiva sobre el personaje. Además, ten en cuenta que Katie Holmes no aparecerá (¡¡¡bien!!!). Madre mía lo que vamos a hablar sobre ella hasta que se estrene. Me muero de ganas.

Bale también es una de mis debilidades. Es un actor descomunal, capaz de cualquier cosa. Pasar de intimidarme con su musculosa perfección en "American Psycho" hasta estremecerme con su extrema delgadez en "El maquinista" no es moco de pavo. Me quito el sombrero ante él.

Hugh Jackman demuestra que es un buen actor. Tengo ganas de verle en "The Fountain".

Michael Caine trasciende su calidad de actor para convertirse en un mito viviente en manos de Nolan.

La película me encanta, pero fíjate que el final de la novela de Priest me parece sublime. Imagínate que Nolan lo hubiese seguido. No sé, jamás sabremos si hubiese sido acertado. En todo caso, la película y la novela se complementan perfectamente y aseguran varias horas de disfrute.

El binomio Chistopher Nolan + Jonathan Nolan TIENE QUE CONTINUAR POR COJONES. Rezo por ello. "Memento" y "The Prestige" son grandes. Y "The Dark Knight" lo tiene que ser. Y ojalá tengan muchos más proyectos juntos.

Hombre, "Insomnio" y "Batman Begins" me gustan, pero quizá sí sean menores comparadas con "Memento" y "The Prestige".

PD: Tienes que ver "La noche de los girasoles". Es una condenada maravilla. Rula por la mulita, para que lo sepas. Yo ahora ando a la caza de "Bosque de sombras", de Koldo Serra, que también anda ya por los pastos verdes.

29 de enero de 2007, 21:02  
Blogger El Miope Muñoz said...

A mi la película me gustó bastante, no lo negaré me lo pasé pipa pero quiero evaluar el novelón. Eso si: Nolan and Nolan es cuando mejor funcionan.

31 de enero de 2007, 1:15  
Blogger Libertino said...

bien bien bien!
Me encanta
Narración, interpretaciones, ritmo... TODO es perfecto (casi, Scarlett no me aporta gran cosa. Bueno si, aporta DOS GRANDES COSAS)
Nolan & Nolan rules!!!

4 de febrero de 2007, 15:14  
Blogger Libertino said...

aaahh!!!!
Y la próxima entrega del hombre murciélago debería dejar boqiabierto al mismísimo Miller!!!
Ya veremos, yo de momento, me conformaría con ver alguna imagen para contestarme a una pregunta: ¿cambiarán el traje de Baty de peli en peli como antaño?
Ya sabéis, rollo "ahora le ponemos unos pezones y ahora le ponemos un diseño...

4 de febrero de 2007, 15:16  
Blogger Libertino said...

Por cierto Mr.Renn...
usted es el fin de la industria!!!
Buscando la de Koldo por la red!!!!!!!!!!!!!!!

4 de febrero de 2007, 15:20  
Blogger Libertino said...

Por cierto Mr.Renn...
usted es el fin de la industria!!!
Buscando la de Koldo por la red!!!!!!!!!!!!!!!

4 de febrero de 2007, 15:27  

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