La del chino ese
Terminó la 63 edición de la Mostra de Venecia con, frías recepciones de lo esperadísimo de Aronofsky y Lynch aparte, un interesante palmarés dominado por el León de Oro para lo último de Jia Zhang-Ke y con el chascarrillo de que el mal actor Ben Affleck haya obtenido una Coppa Volpi a la mejor actuación masculina por encarnar... al mal actor George Reeves. Justicia poética la de la Deneuve. Como tampoco podemos decir mucho sobre lo acertado o no de los premios al no haber podido ver aún las películas en competición —aunque de entrada el León de Jia Zhang-Ke hace desear algo mucho más estimulante que el Ang Lee del año pasado o el Mike Leigh del anterior—, vamos directamente a lo divertido: ver las reacciones de la armada crítica española desplazada al Lido.
Escudándose en la condición de "película sorpresa" de Still Life con un único pase, la verdad es que por lo leído dudo que muchos ni se dignaran a verla, aun cuando la práctica de una proyección sorpresa ya es habitual en Venecia —el año pasado fue ni más ni menos que Takeshi's— y el título ya se dio a conocer un día antes. Lo más posible es que el nombre del director de The World ni siquiera sonara a nuestros avezados cronistas y prefirieran acumular horas de sueño para, por ejemplo, disfrutar al día siguiente de la proyección de The Devil wears Prada, a todas luces toda una película de festival. Si bien resulta gracioso leer a las enviadas de El Mundo y El País hacer hincapié en la "sorpresa" que supuso el premio y solamente poder transcribir la sinopsis del argumento —o citar a otros corresponsales de periódicos europeos que sí se tomaron la molestia de hacer su trabajo—, lo mejor, como no podía ser de otra forma, viene de la mano de dos totems de lo más rancio de nuestra crítica nacional: los ínclitos Pumares y Marchante. El crítico del Fibergrán, enfadado porque el jurado decidiera "llamar la atención" con tal León de Oro, pasa olímpicamente del máximo galardón y se centra en alabar a la Helen Mirren-Elizabeth II de The Queen, lo último de Stephen Frears, aunque no desaprovecha la ocasión para sentenciar categóricamente la cinta de Zhang-Ke olvidándose, cómo no, de incluir también argumentos. Pero mi favorito es el señor Marchante, quien en esta ocasión se olvida de sus habituales ejercicios de vetustez e intenta justificarse recurriendo a excusas y mentiras que logran dejarle más aún en evidencia —si usted no quiso ver la última película de uno de los directores chinos más prestigiosos de la actualidad es su problema, no hace falta que se invente que fuera proyectada "a toda prisa" cuando ya se sabía de antemano—. En fin, la próxima cita con estos divertidos lazarillos, teniendo en cuenta que el magnífico festival de Toronto, cómo no, pasa totalmente desapercibido por aquí, será San Sebastián. Nando Salvá, ayúdanos.
Escudándose en la condición de "película sorpresa" de Still Life con un único pase, la verdad es que por lo leído dudo que muchos ni se dignaran a verla, aun cuando la práctica de una proyección sorpresa ya es habitual en Venecia —el año pasado fue ni más ni menos que Takeshi's— y el título ya se dio a conocer un día antes. Lo más posible es que el nombre del director de The World ni siquiera sonara a nuestros avezados cronistas y prefirieran acumular horas de sueño para, por ejemplo, disfrutar al día siguiente de la proyección de The Devil wears Prada, a todas luces toda una película de festival. Si bien resulta gracioso leer a las enviadas de El Mundo y El País hacer hincapié en la "sorpresa" que supuso el premio y solamente poder transcribir la sinopsis del argumento —o citar a otros corresponsales de periódicos europeos que sí se tomaron la molestia de hacer su trabajo—, lo mejor, como no podía ser de otra forma, viene de la mano de dos totems de lo más rancio de nuestra crítica nacional: los ínclitos Pumares y Marchante. El crítico del Fibergrán, enfadado porque el jurado decidiera "llamar la atención" con tal León de Oro, pasa olímpicamente del máximo galardón y se centra en alabar a la Helen Mirren-Elizabeth II de The Queen, lo último de Stephen Frears, aunque no desaprovecha la ocasión para sentenciar categóricamente la cinta de Zhang-Ke olvidándose, cómo no, de incluir también argumentos. Pero mi favorito es el señor Marchante, quien en esta ocasión se olvida de sus habituales ejercicios de vetustez e intenta justificarse recurriendo a excusas y mentiras que logran dejarle más aún en evidencia —si usted no quiso ver la última película de uno de los directores chinos más prestigiosos de la actualidad es su problema, no hace falta que se invente que fuera proyectada "a toda prisa" cuando ya se sabía de antemano—. En fin, la próxima cita con estos divertidos lazarillos, teniendo en cuenta que el magnífico festival de Toronto, cómo no, pasa totalmente desapercibido por aquí, será San Sebastián. Nando Salvá, ayúdanos.
3 Comments:
A los críticos de los festivales habría que echarles de comer aparte. Parece que no van a hacer un trabajo, sino a quejarse de todo y de todos.
Off Topic: M. Toldo, tienes que ver la serie "Carnivale" por cojones. Vistos 3 capítulos, es una condenada maravilla. Si sigue así, desbancará a Twin Peaks en mi top particular. Entusiasmado me hallo.
En fin, esto es algo que parece no tener fin..siempre los mismos inútiles en los festivales. El problema es que no se sabe cuanto daño estarán haciendo a películas que podrían distribuirse en nuestro país.
Saludos
KesheR, a mí hay muchas cosas de Pumares que me causan simpatía, como las inolvidables horas nocturnas que me tiraba escuchando su programa de la radio hace tiempo, su carácter tan fácilmente irritable y sus esporádicas intervenciones a gritos en el festi de San Sebastián, pero su opinión cinematográfica también significa para mí lo que dices.
Max, creo que he estado retrasando ya demasiado ponerme con Carnivale (por aquello de la saturación de series), pero me parece que voy a empezármela en nada por la tontería de que más o menos la vayamos viendo juntos, jejeje. Y gracias por encaminarme hacia Severance!!
Roberto, quizás eso sea lo peor. Aparte de su nula contribución a la formación cinematográfica de sus lectores, el daño que hace la crítica a la distribución del cine "diferente" en este país nunca podrá ser reparado ni por todas las ediciones en dvd de Intermedio y Cameo juntas.
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