viernes, agosto 11, 2006

People I Know (2002)



El mismo año que interpretó al atormentado detective Will Dormer y su privación de sueño en el estupendamente rodado pero descafeinado remake del crudo thriller noruego Insomnia, Al Pacino encarnó con absoluta maestría a otro personaje con verdaderos problemas para conciliar el sueño. Eli Wurman es un agente de relaciones públicas en horas bajas tras un pasado medianamente glorioso. Intenta salir de su depresiva situación a base de alcohol, mezcla de medicamentos y barbitúricos, pero cuando su único cliente restante le pide ser liberado de una acompañante comprometedora, un simple favor termina por convertirse en una extraña noche a través de la podrida alta sociedad neoyorquina, la prostitución de lujo, el éxtasis, el opio, las intrigas y manipulaciones políticas... y el asesinato.
Todo el film descansa enteramente sobre el magnífico trabajo de Pacino, que está inmenso y ofrece una de sus mejores interpretaciones, primero superado por la nostalgia de un pasado prometedor, luego por el efecto de las drogas y finalmente por la ambición inmoral de la que ha resultado accidental testigo y contra la que se siente incapaz de rebelarse. Puede que este trabajo de Daniel Algrant sea uno de los retratos más descorazonadores e inmisericordes de la ciudad de Nueva York que nos haya brindado el cine estadounidense, y sin la necesidad de recurrir a los típicos suburbios o bajos fondos. Los escenarios son tan burguesmente cotidianos como en cualquier película de Woody Allen, pero la fotografía de Peter Deming –que tiene en su curriculum la de, ojo, Lost Highway y Mulholland Drive– es sucia y herrumbrosa y los personajes retratados no pueden evitar consumirse por dentro mientras se devoran a dentelladas.
Hay más motivos para acercarse a este relato de la desolación: dirección correcta y ritmo imparable, Téa Leoni demostrando una vez más sus dotes de actriz sobresaliente, Kim Basinger angelical como la única salida del protagonista para alejarse de la ciudad y su envenenada influencia, la siempre adecuada música de Terence Blanchard y un final que se integra a la perfección con el tono devastador de la película.

2 Comments:

Blogger El Miope Muñoz said...

Gracias: ahora la podré alquilar sin mi desconfianza.

12 de agosto de 2006, 4:43  
Blogger Señor Toldo said...

Hombre, tampoco es una obra cumbre. Es una película pequeña, que va al grano de forma nada ampulosa ni trascendente (algunos dirán que le falta garra, o chicha...), pero que se eleva gracias a Pacino.

¿Estará Murcia preparada para sobreviviros? ¿Inminente éxodo de murcianas hacia Aranda con la excusa del Sonorama pero que en realidad están huyendo del acoso etilirótico? ¿Es que este verano no va a empezar nunca OT o qué?

12 de agosto de 2006, 19:04  

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