viernes, julio 28, 2006

El calamar, la ballena



Noah Baumbach es el co-guionista de
The Life Aquatic y marido de Jennifer Jason Leigh. Aunque estos dos datos ya fueran suficientes para que contara con toda nuestra admiración, además ha realizado la que con mucha facilidad será una de las mejores películas del año: The Squid and the Whale. El cine indie americano ha experimentado en esta década 00 un resurgir popular imparable, en gran parte brindado por la pérdida de su "independencia" al pasar las productoras a ser controladas por divisiones de las majors de siempre, pero también por una cada vez máyor depuración estética, experimentación con las formas, costumbrismo excéntrico como argumento y exploración sistemática del triunvirato imprescindible para ser tomado en serio en estos circuitos: amor, sexo y muerte. Si el cine de blockbusters ha recibido el influjo de la publicidad y el video-clip de la mano de directores como Tony Scott, David Fincher o Michael Bay, esas otras dos artes audiovisuales en las que priman la rapidez y el asombro han sido asimiladas de muy diferente manera por otra clase de artistas: Spike Jonze, Michel Gondry, Paul Thomas Anderson, Wes Anderson, David O. Russell, Miranda July y un buen puñado más. Esa nueva formalidad lírica, atmósferas nacaradas y banda sonora repleta de grupos de indie pop-rock se han convertido en algunos de los signos identificadores externos de esta nueva generación.

The Squid and the Whale entronca con dicha corriente gracias a la personalidad de su realizador y la consabida excusa argumental sobre el desmoronamiento de los lazos en una familia, pero destaca precisamente por su determinación formal: cámara en mano, 16 mm. y fotografía de Robert D. Yeoman –el fotógrafo de todas las películas de Wes Anderson hasta la fecha–. Y es que, ambientada en 1986, la intención de la película es recrear la estética de esta misma clase de cine en aquella época, y decir cine independiente americano, años 80 y Brooklyn es decir Woody Allen. La mímesis es perfecta, y hay que alabar la determinación de Baumbach para traernos una magnífica cinta de los márgenes comerciales de los ochenta desde la industria indie de hoy, tan asentada como cualquier otra, ignorando deliberadamente sus propios modos y dogmas inquebrantables. O sea, que en vez de sonar Don't Panic de Coldplay en la banda sonora hay un poster de La maman et la putain presidiendo la pared de una habitación.

Obviamente, en una película que tal vital importancia da al guión y a mostrar los sentimientos de los personajes, el elenco actoral tiene que estar a la altura. Tras rodar un trío de películas con Eric Stolz durante los 90, para su cuarto trabajo ha contado para los papeles protagonistas con la siempre solvente Laura Linney y con Jeff Daniels, ese actor que pese a acumular grandes papeles como los brindados por Pleasentville, Woody Allen o los hermanos Farrelly cuesta tomársele en serio y desanclarle de la factura telefilmera-familiar hasta que le ves aquí o en Good night and good luck. Ambos están perfectos, pero sin embargo son los dos hijos, Jesse Eisenberg y Owen Kline, quienes brindan las interpretaciones más ajustadas y aplaudibles. Anna Paquin vuelve a confirmar con su participación que tiene mucho más que decir de lo que la saga de los X-Men le puede permitir –corran a ver la angular The 25th Hour si esta afirmación les parece exagerada–.

Como se trata de una gran película su distribución en nuestro país ha estado entre lo vergonzoso y lo clandestino –ya saben la particular aversión que tiene la mayor cadena nacional de salas de v.o. a las películas no habladas en lengua hispana–, así que les recomiendo hacerse con ella cuando salga el dvd si es que llega el día o robándola directamente del domicilio particular de Ramoncín.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bueno, es una película francamente interesante, muy bien interpretada (jamás Jeff Daniels estuvo mejor) y perfectamente ambientada. Me gustó. El problema, para mí, es que resulta demasiado exagerada: no me cuela el comportamiento tan radical de los chavales aunque éstos hayan tenido el ejemplo familiar. Es decir, me interesa y atrae ese desmoronamiento, pero yo creo que incurre en algunos excesos que me chirrían porque la pretensión es realista y, sin embargo, me parece un poco forzada para mostrar esa disfunción familiar y cómo puede afectar a sus integrantes.
En todo caso, me parece buen cine "indie" (y sí, tuve que robarla del domicilio particular de Ramoncín).

28 de julio de 2006, 23:58  
Anonymous Anónimo said...

Yo me la perdí por ir a ver "Grizzly Man", pero, después de este post, creo que me voy a hacer con ella como sea. ¡Maldita sea, el tipo que co-escribió "Life Aquatic" se lo merece todo!

29 de julio de 2006, 22:31  
Blogger El Miope Muñoz said...

Yo la estoy robando del domicilo de Ramoncín, pero no se que le pasa que la mula no carga...

Con su review es imposible no querer verla.

3 de agosto de 2006, 13:10  
Blogger Libertino said...

Genial comentario para genial peli.
la mejor del año con grizzly man y las colinas tienen ojos.
el hombre del tiempo un poco por detrás.
hay una copia subtitulada de buena calidad (media alta), pero los sub son muy grandotes.
Saludos de verano!!!

7 de agosto de 2006, 23:25  

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