martes, mayo 10, 2005

Now it's dark

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Lo reconozco. Soy de esos aficionados tardíos que descubrió a David Lynch con Mulholland Drive en ese glorioso año 2001, que curiosamente coincide con la fecha de confirmación y afianzamiento de mi cinefilia. Unos cuantos años antes ya había sido vitalmente seducido hasta la médula por Twin Peaks -lo que comenzó entonces fue mi adicción a la cafeína: gracias, Cooper-, aunque desconocía que era el mismo genio quien estaba detrás de ambas maravillas audiovisuales.

Pues bien, después del glorioso desvirgamiento -sábanas no manchadas, pero sí neuronas desgarradas- vinieron la chaqueta de piel de serpiente que representa la individualiad y la fe en la libertad personal (Wild at heart) y John Merrick (The Elephant Man). Pero fue con Blue Velvet cuando caí irremediablemente rendido a los pies del genio del tupé. La seducción de la película fue absoluta.

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Si hay algo que David Lynch sabe hacer a la perfección es crear atmósferas. Tanto enfermas y opresivas (Eraserhead, Lost Highway) como oscuros reflejos viciados de una realidad aparentemente apacible (Twin Peaks, Blue Velvet, Mulholland Drive). Esta declaración de principios es evidente en el ejemplar inicio de Blue Velvet y la sucesión de las primeras imágenes hasta el maravilloso travelling hacia las profundidades más desagradables de nuestra enferma sociedad de insectos que se devoran unos a otros.

Podría hablar largo y tendido de lo perfecto que resulta todo en esta película, mezcla -o más bien perversión- de thriller, misterio, comedia adolescente, neo-noir y policiaca. Frank es un personaje perverso, reverso negativo del imberbe -y pre-Agente Cooper- Kyle MacLachlan, de la misma forma que Isabella Rossellini y Laura Dern son los dos arquetipos cinematográficos femeninos opuestos por excelencia: la femme fatale y la ideal chica dulce y vulnerable. O de la inquietante partitura de Angelo Badalamenti, la omnipresencia de la melodía Blue Velvet o el orgasmo sensorial que se produce cada una de las dos veces que suena In Dreams cantada por Roy Orbison y pervertida por las imágenes de Lynch.

Blue Velvet es cine en estado puro, una de las mejores películas de la Historia. No es agradable, es extraña e inquietante, pero es que donde vivimos también It's a strange world.

3 Comments:

Blogger delirante said...

que peliculón... cuesta contener la emoción con la cancioncita...

por cierto, señor, tiene en mi blog un intento de artículo que seguro es de su interés ;)

11 de mayo de 2005, 22:07  
Anonymous Anónimo said...

Cuando me di cuenta de que Lynch era grande y extraño fue cuando vi "Carretera perdida" en vídeo. Me hizo la picha un lío, pero quedé fascinado con ese conjunto tan visceral de imágenes y sonidos. Enigmática pero colosal.

"Terciopelo azul" también es un peliculón, desde luego.

En mi blog escribí un articulillo sobre la película: http://www.20six.co.uk/nextEntries/104avvjigpnen

17 de mayo de 2005, 1:32  
Anonymous Anónimo said...

Ah, el usuario anónimo soy yo!

17 de mayo de 2005, 1:32  

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