domingo, febrero 05, 2006

München


Al final, debido a desavenencias con los horarios del cine publicados en el periódico, mi visionado de Munich se produjo con mis capacidades intelectuales no más mermadas que en un día normal. Y me alegro, porque así pude disfrutar más plenamente de este grandísimo último trabajo de Spielberg. Una película que trata un tema delicado desde una postura propia de forma valiente, seria, madura y con menos titubeos de los a priori esperables en el director de E.T..

Munich es formalmente compleja y con una realización brillante. Spielberg toma como modelo el cine político-thriller de los setenta y gracias a una óptima dirección artística y su dirección consigue evocar a la perfección ese tipo de producciones. La sombra de Coppola, del bueno y grande, planea por muchas secuencias de Munich evocando padrinos, conversaciones y apocalipsis —o sea, el más profundo espíritu de los setenta norteamericanos—.

La fotografía de Kaminski, que ya sabemos que todo lo que tiene de cojonuda lo tiene de repetitiva, combina grandes momentos con otros en los que repite uno de los anatemas del cine reciente de Spielberg, y es que se empeña en fotografiar igual cualquier, cualquier historia. No seré yo quien niegue su brillante trabajo, pero a mi entender un director de fotografía de primer nivel —y Kaminski, por mucho que se empeñe, no lo es— tiene que tener la capacidad de adecuar su trabajo a cada situación precisa y a lo que la película requiere. No me quiero imaginar un Indiana Jones 4 con estos fogonazos, saturaciones, sobre-exposiciones y focos como barra de bar. (Bueno, de hecho no quiero imaginarme un Indy 4 en ningún aspecto).

Aunque desde Salvar al Soldado Ryan y la suma comunión kubrickiana de Inteligencia Artifical Spielberg había conseguido maravillarme —Minority Report, War of the Worlds— y horrorizarme —Catch me if you can, The Terminal— a partes iguales, con Munich inclina la balanza hacia el lado de un cine maduro, narrador ficcional que refleja su tiempo y que cada vez desarrolla más su manejo del lenguaje cinematográfico. Sus mejores últimas películas están llenas de set-pieces de auténtico deleite audiovisual, Munich incluida con un buen número de ellas, aunque mi favorita no puede ser otra que la última aparición de Marie-Josée Croze, ejecutada de forma impecable, milimétrica, dura, contundente y bella.

Aun así, siempre hay flecos que impiden a Spielberg firmar una obra 100% redonda. En este caso se trata del discutidísimo flash-back final en montaje paralelo violento-sexual, que puede tratarse de una de las peores secuencias que haya filmado el director —no me obligéis a volver a ver Hook, Always o The Terminal para comprobarlo, malandrines—. Muchas justificaciones sobre la rememoraión del motivo de la venganza se podrán esgrimir, pero eso no quita que se trate de un recurso burdo, efectista y altamente ridículo. Afortunadamente la cosa mejora con uno de esos finales de antología y que se puede incluir con todo derecho junto al de Raiders of the Lost Ark como el mejor de su filmografía —esto tampoco era muy difícil, ¿eh?—.

Y ahora espero que finalmente vaya a por el suculento biopic de Lincoln, algo que le viene mucho mejor a esta etapa de su carrera que intentar rescatar viejos mitos con peligrosas predicciones de resultados.

5 Comments:

Blogger Libertariano said...

Coincido plenamente con usted, sr. Toldo. Y esos flecos, a la mar.

Una de las mas grandes películas del cine político.

Y ojo a lo de Lincoln, que John Ford realizó uno de los mejores biopic de la historia.

Un saludo cinepolitiquero

5 de febrero de 2006, 23:39  
Blogger Señor Toldo said...

Hombre, libertariano, todo un placer tenerle por aquí ;)

El joven Linoln está en mis deberes, habrá que verla antes de que Spielberg nos presente su visión.

6 de febrero de 2006, 13:49  
Blogger refoworld said...

Creo que ya puedo decirlo.

Me parece lo más parecido a una OBRA MAESTRA que he visto en años.

6 de febrero de 2006, 15:52  
Anonymous Anónimo said...

Si llega a hacerse, la cuarta de Indiana Jones va a molar. Seguro. Volver a escuchar ESA canción en el cine merece la pena.

6 de febrero de 2006, 21:50  
Blogger El Miope Muñoz said...

La verdad es que no puedo decir otra cosa que no sea obra maestra.

Sigo impresionado.

¡Un saludo!

10 de febrero de 2006, 19:52  

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