Trufas, Dios

El estancado -en términos de calidad, no en publicación de auténtica basura- mercado editorial cinéfilo español acaba de ser sacudido de igual forma que cuando el año pasado se publicó por fin la biblia de Peter Biskind sobre el cine norteamericano de los 70. Han sido editados casi simultáneamente dos libros sobre dos de las figuras claves de la Historia del cine, por lo tanto, dos figuras claves del arte del siglo XX: François Truffaut y Jean-Luc Godard.



FT | Se trata, ni más ni menos de la esperada versión española editada por Plot Ediciones de la biografía de Antoine de Baecque y Serge Toubiana del director de Les 400 coups, Jules et Jim, La peau douce y Les deux anglaises et le continent, por citar tan solo las mayores e indiscutibles obras maestras de Truffaut, autor del pistoletazo de salida de la Nouvelle Vague desde el cargador revolucionario de los Cahiers. No hay mejor complemento audiovisual para esta biografía que la serie de películas que dirigió protagonizadas por Antoine Doinel, alter-ego en el que casi siempre resulta imposible separar a personaje de director; pero también está Truffaut desnudando sus dos mayores pasiones en La nuit américaine el cine, motor de su vida, y en L'homme qui aimait les femmes las mujeres. Muchas veces tildado de conformista y acomodado por el rumbo que terminó tomando su filmografía, esta es la ocasión de conocer la gestación del Truffaut rebelde, el joven destinado a la delincuencia que encontró la salvación a 24 fotogramas por segundo.



JLG | Y la editorial Seix Barral nos brinda a todos los drogodependientes con el síndrome de abstinencia, ávidos de información y datos sobre la figura de Godard, una biografía defendida como retrato de una vida en constante reescritura, un libro escrito por Colin MacCabe que, por si hiciera falta algo más que la fotografía del mismísimo God en la portada, trae la bendición del gran Biskind. Imprescindible. Porque Godard es un cineasta que merece tanto ser visto -una, cien, mil veces- como leído, y cualquier complemento a À bout de souffle, Une femme est une femme, Vivre sa vie, Le Mépris o Pierrot le fou, como datos que nos permitan conocer mejor a la persona que hay tras su gestación son más que bien recibidos. Ya empiezo a relamerme sólo por la oportunidad que me va a brindar esta lectura de recuperar esas grandes películas que ya dejaron un poso inextinguible en mi retina y un desgarro imperecedero en mi percepción de la cinefilia. Godard rompe esquemas, descoloca, zarandea, impresiona, entusiasma, enloquece.

Nada mejor para sumergirse de nuevo en la frescura de la nouvelle vague en este verano que se nos avecina. A todos aquellos que disfruten con el cine y aún no lo hayan probado, se lo recomiendo. Dudo mucho que encuentren algo mejor.