Ladrones, no voleurs
Es posible que Juan José Ballesta y María Valverde sean dos de los actores más pésimos del ya de por sí devaluado panorama nacional, pero el director consigue sacar oro de este oportuno casting —desconozco sí "de productora" o consciente— renunciando casi por completo a dar cualquier atisbo de profundidad psíquica y emocional a sus personajes. Estamos ante una reinterpretación en clave pop y minimalista de la Pickpocket original, de su esencia argumental, y Marqués se centra a la perfección en los movimientos de los cuerpos que deambulan delante de la cámara. Los morosos diálogos son pronunciados con absoluta desgana por ambos protagonistas, aunque en realidad se estén esforzando por parecer naturales —aquì la desnaturalización bressoniana de las distintas tomas parece surgir espontánea del sobreesfuerzo melodramático del actor y la actriz—.
A los amantes de las intrincadas tramas repletas de giros o complicadas operaciones colectivas de robos, intereses personales y traiciones amargas, les advierto que el contenido argumental de Ladrones no pasa de la anécdota —anécdota que, además, ya nos han contado unas cuantas veces—, con lo que esta es su oportunidad para proferir a la salida de la sala esa frase con la que se les llena la boca: "es un corto alargado". Así habrán conseguido terminar el día autorrealizándose, pero también demostrando una gran ignorancia, ¡vaya dilema! Como ya digo, el secuencial reconocimiento de la trama de la película permite que nos fijemos mejor en las intenciones de Marqués, que considera todo lo que aparece en su encuadre un elemento plástico con la misma importancia que cualquier otro, le da igual que intente balbucear unas palabras que, al fin y al cabo, son lo de menos en una película sobre actuaciones rápidas, sigilosas y en las que la comunicación se realiza con el silencio de los movimientos del cuerpo o de una mano rascando la nariz.
Ahora vamos a por el gran fallo, que echa por tierra una gran parte de lo conseguido anteriormente por la película. De nuevo no sé la implicación última del director en este sentido —ando con mucho ojo a la hora de hablar de ello por la peculiaridad de tal reparto de, a su manera, "stars"—. Si el final de Pickpocket es uno de los mejores de Toda La Historia Del Cine —como bien sabe Paul Schrader— es precisamente por todo lo que conlleva la redención humanizadora de la unión entre dos almas solitarias. En el caso de Ladrones, esto es llevado hasta el extremo de lo burdo e incrustado en un punto aleatorio del metraje sin que su acontecer suponga un cambio para lo visto anteriormente ni para lo que viene después. Es lo trascendente transformado en un calentón de verano. Que no niego que la cosa no tenga su punto de transgresión, pero en otro contexto; aquí no guarda ninguna coherencia con el resto de la película. Una verdadera lástima, pero es que por cosas menos graves un servidor se carga Zodiac, la peor película de David Fincher hasta la fecha, sin el menor remordimiento.
7 Comments:
¡Pero cómo ha tenido bemoles! :O
El trailer me decía con voz aflautada: "no me veeeaaas, no me veeeeaaaaaas"...
Por otra parte, no engañe a sus lectores con lo de Last Days, bribón, que luego vienen las represalias :P
MADRE MÍA QUÉ POCO QUEDA YA, EH... Y yo sin hostal todavía! Viva la juventud brainless!
que poco se le lee por aquí sr. Toldo...
Ya sé, ya :(
No se crea que es por gusto, sino por mi horario laboral, que ya no me permite consumir cultura popular ni escribir absurdas disertaciones sobre ella (ahora les toca sufrirlas a mis compañeros de trabajo vía oral).
Pero volveré!!
Señor TOLDO, señor TOLDO, pásate por mi FOTOLOG, quiero que veas una foto de tu tía...
http://www.fotolog.com/polleridas
Enhorabuena por pertenecer ya a la cueva, por cierto.
¡Vuelve! ¡A casa vuelve! ¡Vuelve a tu blooooooooooooooog!
Es usted un puto, sr. Toldo.
Como anteriores comentarios, sólo dejo patente mi descontento con su actitud hacia su propio blog.
He dicho.
Tío, ya te vale. Más de tres meses... estírate!
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