La mirada recta
Uno de los principales problemas de dejar siempre todas las cosas para el último momento —y aquí estoy desnudando una amplia zona de mi personalidad— es que, como es lógico, al final se terminan acumulando incontrolablemente y consiguen aplastarte contra la dura y punzante superficie del final de plazo o, como todo buen amante de los anglicismos innecesarios sabe —otra vez yo—, deadline, palabra que otorga una dimensión mucho más trágica, y por eso mismo necesaria, al asunto. El caso es que mañana en la no siempre bien valorada ni suficientemente criticada Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense tendrá lugar la proyección de una de esas películas que un servidor está llamado a ver con insistencia y que es posible que, si un libro sobre Tesla no me basta para hacer funcionar correctamente cierta máquina de teletransporte y duplicación, termine por perderme. Pero no por ello iba a dejar pasar la oportunidad de enmascarar mi rabia en una recomendación ciega y desintersada al ente blogosférico para que acuda a disfrutar de lo que a otros nos es privado.
El film en cuestión se trata de La línea recta, opera prima del director donostiarra Jose María de Orbe, que pudo ser vista con muy buenas críticas en el pasado Festival de Gijón como única producción española a concurso de la Sección Oficial. El interés está en la naturaleza de su propuesta, el seguimiento austero y desdramatizado de su protagonista Noelia, joven repartidora de publicidad, durante un encadenado de instantes escindidos de su vida. La estructura de planteamiento-nudo-desenlace resulta ajena a este proceder narrativo y estético en el que la historia vive de una continuidad real antes y después de las imágenes, como también sucedía en la magistral Las horas del día de Jaime Rosales, amigo del director y cuya película se realizó en el seno de la productora de ambos, Fresdeval Films. Al guión se encuentran el propio Jose María de Orbe y Daniel V. Villamediana, uno de los impulsores de Letras de Cine y persona con una más que sólida y pulida idea sobre el cinematógrafo, lo que merece gran parte del prejuicio propagandístico que me ven expresar en estas líneas. Estoy seguro de que ambos van a tener qué decir dentro de la nueva generación de realizadores españoles más preocupados en depurar artísticamente las propuestas narrativas y visuales de su obra que en incrementar el número de directores abonados a la comodidad, estulticia y falta de riesgo que tanto abundan en el cine español. Ellos dos dicen no a la convencionalidad dramática inoperante y construyen su película sin tiralíneas, dejando que sean las relaciones entre los personajes las que lleven el ritmo en una obra que se integra en la mezcla de ficción y documental propia de los Dardenne o Ruth Mader, un cine social y comprometido de mirada transparente y plana en las antípodas de engendros monumentales como Los lunes al sol o la mayor parte de los dramas costumbristas nacionales.
Aquí tenéis más información y la nota de prensa de la película. La proyección es a las 12.00 en el Salón de Actos de la Mole Gris y rigurosamente gratuita, sin flyers ni colas —debido a que ya hace buen tiempo y no van Almodóvar ni Natalia Verbeke no hay expectativas de mucha gente dentro de la facultad—, aunque tampoco degustación de canapés al final, no iba a tenerlo todo.
El film en cuestión se trata de La línea recta, opera prima del director donostiarra Jose María de Orbe, que pudo ser vista con muy buenas críticas en el pasado Festival de Gijón como única producción española a concurso de la Sección Oficial. El interés está en la naturaleza de su propuesta, el seguimiento austero y desdramatizado de su protagonista Noelia, joven repartidora de publicidad, durante un encadenado de instantes escindidos de su vida. La estructura de planteamiento-nudo-desenlace resulta ajena a este proceder narrativo y estético en el que la historia vive de una continuidad real antes y después de las imágenes, como también sucedía en la magistral Las horas del día de Jaime Rosales, amigo del director y cuya película se realizó en el seno de la productora de ambos, Fresdeval Films. Al guión se encuentran el propio Jose María de Orbe y Daniel V. Villamediana, uno de los impulsores de Letras de Cine y persona con una más que sólida y pulida idea sobre el cinematógrafo, lo que merece gran parte del prejuicio propagandístico que me ven expresar en estas líneas. Estoy seguro de que ambos van a tener qué decir dentro de la nueva generación de realizadores españoles más preocupados en depurar artísticamente las propuestas narrativas y visuales de su obra que en incrementar el número de directores abonados a la comodidad, estulticia y falta de riesgo que tanto abundan en el cine español. Ellos dos dicen no a la convencionalidad dramática inoperante y construyen su película sin tiralíneas, dejando que sean las relaciones entre los personajes las que lleven el ritmo en una obra que se integra en la mezcla de ficción y documental propia de los Dardenne o Ruth Mader, un cine social y comprometido de mirada transparente y plana en las antípodas de engendros monumentales como Los lunes al sol o la mayor parte de los dramas costumbristas nacionales.
Aquí tenéis más información y la nota de prensa de la película. La proyección es a las 12.00 en el Salón de Actos de la Mole Gris y rigurosamente gratuita, sin flyers ni colas —debido a que ya hace buen tiempo y no van Almodóvar ni Natalia Verbeke no hay expectativas de mucha gente dentro de la facultad—, aunque tampoco degustación de canapés al final, no iba a tenerlo todo.
3 Comments:
Me pilla un poco lejos, pero si me ofreces tu casa... :P
Pues aquí esta semana una de Pupi Avati asi que na de na.
esta semana cae. Está en los Verdi
Saludos!
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