miércoles, abril 04, 2007

Otro post sin contenido clar[¡con divisiones al menos!]

De cómo I must, I must be God
Creo que no descubro nada nuevo si afirmo que Bret Easton Ellis es mi escritor contemporáneo favorito, puede que desde aquel bautizo adolescente de cianuro puro que me supuso leer Las reglas de la atracción... justo inmediatamente después de que hubiera tocado el cielo de la evocación con Las vírgenes suicidas de Eugenides. El caso es que leer American Psycho estos últimos días, por primera vez en su idioma original, me ha supuesto una experiencia de disfrute literario poco menos que epifánica. La prosa de Ellis no puede estar más afilada ni ser más exhaustiva y jodidamente nauseabunda. Antes pensaba que esta magna obra se trataba de una visión conscientemente superficial del tipo de alta sociedad regurgitada por occidente y emplastada en Manhattan —y extrapolable a nuestros ámbitos más cercanos como buenos habitantes de la cultura de la abundancia y la apariencia—, pero profundizando un poco más en sus múltiples capas puedo constatar que lo de "superficial" es caer en la trampa de la propia pose de la novela. Hay mucho que cortar (jajaja) en el libro, por lo que es una pena que la adaptación cinematográfica de Mary Harron y Guinevere Turner se quedara tan a medio camino de todo.

Podemos intuir que el proyecto no iba nada mal encauzado gracias a uno de los mayores aciertos de casting que ha dado el cine: Christian Bale como la imagen indeleble de Patrick Bateman es incuestionable. Como también lo son las acertadas presencias de Justin Theroux y Jared Leto pululando por ahí; en cuanto al casting femenino sí considero que le habría venido mejor una Virginia Madsen en vez de Samantha Mathis y, desde luego, Shannen Doherty como Evelyn. No obstante, el principal error de esta adaptación es que tanto directora como guionista pretenden jugar demasiado y ofrecen una visión excesivamente simple y superficial de una novela que, vale, tiene imagen de eso pero no lo es en absoluto. Así, si bien resuelven de manera más que aceptable —pero a años luz del efecto conseguido en el original literario— la contraposición entre los brutales actos de Bateman y su verborrea rollingstonista llena de clichés musicales sobre Genesis, Whitney Houston y Huey Lewis & The News, tienen una gran carencia en cuanto a la violencia de dichos actos. Me tacharán de enfermo sanguinario y ensalzarán las bondades audiovisuales de la sugestión en lugar de la muestra explícita, y la verdad es que estoy de acuerdo, yo también pienso que Hostel es una mierda (y además light). Pero poner un par de maniquíes cubiertos de sangre y a Bale con la mandíbula desencajada blandiendo un hacha/una motosierra no me parece que sea coherente con dicha filosofía —aquí el canon lo marca Funny Games, y ya llevaba hecha tres años— y sí con la del típico producto de terror liviano para adolescentes que sueña con obtener una bonita R. Si es una decisión consciente, como seguro lo es, para asemejar las andanzas de Bateman a las de un nuevo psycho-killer yuppie propicio para dar a luz secuelas directas a vídeo (¡anda, mira!), me sigue pareciendo del todo desafortunada y que deja cojo de uno de sus palos el discurso de la historia, aunque consigua retratar bien los del narcisismo y la superficialidad.



No obstante, para el recuerdo queda Christian Bale y su excelente interpretación —perdonen el pleonasmo—, ya toda una presencia pop que puede compartir mesa dignamente con el Hannibal Lecter de Anthony Hopkins, quien quizás podrá dar algún que otro consejo al neoyorquino al estar más versado en el arte de la cocina con carne humana. Solamente por ese detalle, la fallida película de Mary Harron merece un lugar privilegiado en nuestro recuerdo, así como complemento —junto a la canción de los Manic Street Preachers— de la magistral obra de Ellis que con todo derecho está en mi disputado podio del siglo XX literario.

De cómo echamos de menos a Téa Leoni y su minifalda en Bad Boys 2
American Psycho no es el único caso en el que un detalle individual hace que prácticamente perdone todas las numerosas y evidentes carencias que pueda tener el resto y conjunto de la obra, y me haga tener un irracional cariño por esta última. Digamos que aquí Bale está por encima de la falta de bestialidad, la sosa puesta en escena y la desaprovechada banda sonora. Cuando le ves cambiar su expresión de fría cara de poker hermética a bromista impostadamente afeminado, pasando por la de animal salvaje con sed de sangre, se te olvida todo lo demás. Muchos son los casos en los que el valor del detalle, lo accesorio, empapa al resto de su marco y lo eleva por encima de sus posibilidades reales.



Bale es un cierto especialista en dicho campo, desde Equilibrium hasta Batman Begins, pero hay muchos otros ejemplos en los que el carisma derrochado por el protagonista ya nos vale el tiempo gastado. Es lo que pasa con Jason Statham y las dos insulsas entregas de The Transporter —demos gracias a que por fin la fórmula x + y ha evolucionado hasta poder dar resultados tan de locura como Crank * *—, pero es que Statham es ahora mismo la mejor presencia para cualquier action movie que se precie. A diferencia del otro modelo por excelencia de nuestros días, Jack Bauer, personificado por un Kiefer Sutherland que hasta fichar por la CTU no nos había dicho nada, Statham está más cerca del grupo de aquellos que, da igual el papel que les echen, siempre lo desempeñan con una incontestable aura rebosante de coolismo como Bruce Willis. Se trata de una cualidad innata requisito indispensable para cualquier héroe de acción que se precie y que aquellos que carecen de ella (Ford, Seagal, Schwarzenegger) se tiran toda su carrera buscándola.

De cómo no dejaré que me hagas apreciar una canción de Pignoise
Si a Ford solamente le han funcionado el sombrero y el látigo —no se esfuercen, por definición en Star Wars no puede haber nada cool—, donde más cerca ha estado Terminator de rozar ese estatus de deidad testosterónica de manera natural y no haciendo el ridículo abandonando el papel de robot que tan bien le asignó su amigo Cameron, es en una de las obras maestras de John McTiernan, Last Action Hero, cuando la metanarratividad aún tenía su hueco en el cine más desacomplejadamente palomitero. Esta película sigue siendo un excelente ejemplo de cómo debe ser todo film de acción desmadrada, autoconsciente de su propia histeria y explotándola al máximo: ¿para qué necesitas el raccord o la profundidad psicológica de los personajes si lo que importan son los tiros y las hostias? Los tiroteos se justifican a sí mismos. En el John Woo hollywoodiense esto supone la diferencia entre un producto resultón pero ya con carencias como Face/Off y la mierda de Mission Impossible 2, que se va hasta la mitología griega para dar una absurda pátina de erudicción a sus motos volando por los aires —ay, eso y muchas otras cosas hicieron que dejara de buscar el nombre de Robert Towne en los créditos de las películas—. Lo malo de los chistes y los desbarres es cuando tienes que tomártelos en serio para rellenar metraje, y los anuncios de un estreno separado de Grindhouse en Europa —todos juntos, una vez más: malditos Weinstein— con versiones extendidas de ambas películas ya han empezado a inquietarme por si Tarantino ha vuelto a repetir los errores killbillescos. De momento, los trailers que ya hemos visto todos embobados decenas de veces son tan orgásmicos como los de su fallido díptico spaghetti-oriental.

Pero Last Action Hero también funciona como uno de los mejores exponentes del tan atractivo subgénero que ensambla realidad y ficción. Fijándose más en el planteamiento inverso de la genial La rosa púrpura de El Cairo que en la penúltima película que rodó McTiernan antes de morir asesinado por Michael Crichton, el español Vicente Peñarrocha quiso aportar su granito de arena a este tema con Fuera del cuerpo, otra fantasía satírica sobre el trasvase cine-realidad. El resultado, no se emocionen, es absolutamente nefasto y al menos sirve para identificar todas las carencias, ataduras e incapacidades que con tanta gracilidad desprecia Inland Empire para convertirse en la magnífica obra maestra que es.

11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Que grande!

A) Last Action Hero es un clásico de infancia, sí.

B) American Psycho es Christian Bale y lo que mas me gusta es como insertan las reflexiones musicales: la novela sin embargo es un viaje a la locura progresivo y gradual logradísimo.

C) Inland Empire. Pues eso.

5 de abril de 2007, 13:06  
Anonymous Anónimo said...

Muy de acuerdo contigo en casi todo.

Bret Easton Ellis es grande. He leído todas sus novelas y las he disfrutado un montón por muchos motivos, especialmente por su sentido del humor. No sé si al final leíste "Lunar Park" (muy recomendable, con un Ellis que se ríe de sí mismo y de su obra).

La película de Harron no captura el potencial de la novela ni de lejos. Sólo percibimos apuntes. Lo mejor, estoy de acuerdo, es Christian Bale, que resulta ser el mejor actor posible para el papel. El tío se sale.

No he visto "Crank" ni las otras, pero Statham ya me gustó en "Fantasmas de Marte". Tiene un aire a Bruce Willis.

"El último gran héroe" es una obra maestra, sin duda. Un encaje de bolillos metalingüístico que saca mucho partido de su incisiva y cachonda mirada al género al que pertenece. Grande McTiernan.

Buen post, sí señor.

PD: Aún no he visto "Inland Empire", jo.

5 de abril de 2007, 23:05  
Anonymous Anónimo said...

Ah, se me olvidaba: "Mission Impossible 2" no me pareció tan basura. A mí me hizo gracia su cadena de delirios a mayor gloria del superhéroe mitológico Ethan Hunt. Y algún momento me pareció estéticamente majo. Y la escapa de Hunt del laboratorio aquel a disparo limpio, con paracaídas y con la musiquita emotiva de fondo no estaba mal... del todo. Es una fantasmada de las gordas y para echarse las manos en la cabeza, pero el estilo de Woo la salvaba un poquillo, creo yo.

5 de abril de 2007, 23:10  
Blogger Señor Toldo said...

A mí lo que ocurrió es que las fantasmadas de Woo me sacaron completamente en esa película por cómo están planteadas... prefiero las de Face/Off o, mejor aún, aunque sea algo sacrílego para muchos, las de Michael Bay en cualquiera de los Bad Boys (especialmente la primera), La Roca o The Island... les veo más cachondeo y menos endiosamiento a mayor gloria de Tom Cruise. Y además es que veníamos de un De Palma, joer!

P.D.- De los Transporter puedes pasar alegremente (material para mitómanos only)... y Crank, para una sesión de cachondeo gamberro :D

6 de abril de 2007, 21:24  
Anonymous Anónimo said...

Con la que no puedo es "Mission Impossible 3". Me aburrió soberanamente, casi tanto como los más flojos capítulos de "Alias". Sé que gustó a casi todos; sin embargo, me pareció TAN cansina y prefabricada...

¿Te leíste "Lunar Park"? Ya te digo que mola.

¿Y "Fantasmas", de Palahniuk?

Igual se me va la olla, pero creo que del amigo Chuck también te faltaba "Superviviente", ¿no? Corrígeme si me equivoco. Te lo digo porque para mí es la mejor novela que he leído del autor. ¡Imprescindible!

PD: En breve veré "Rabbits", de Lynch. ¡Mamá, miedo! ¿Tendré que ponerme el embudo en la cabeza?

7 de abril de 2007, 2:37  
Anonymous Anónimo said...

"Grindhouse". Yo creo que va a ser mi película más favorita de la historia de las películas. Como prueba, presento estas tres imágenes:

http://www.popoholic.com/photo.php?id=grindhouse-resource-04&title=Tarantino%20and%20Rodriguez%20Grindhouse%20Movie

http://www.rottentomatoes.com/m/grindhouse/gallery.php?page=12&size=hires&nopop=1

http://www.rottentomatoes.com/m/grindhouse/gallery.php?page=16&size=hires&nopop=1

7 de abril de 2007, 15:45  
Blogger Señor Toldo said...

Mission Impossible 3 me parece muy inferior a la primera, pero desde luego mejor que la de Woo. Es cierto que tiene todos los defectos de Abrams y casi ninguna de sus virtudes... pero reconozco que se me hizo entretenida y me molo mucho ver a Keri Russell correteando por ahí.

Lunar Park ya me lo compré y estoy a punto de empezarlo, relamiéndome. Fantasmas lo sigo teniendo pendiente en la estantería... y, sí, al final ya leí Survivor y, como era de esperar, me encantó. No desplaza a Asfixia de mi ranking particular, pero sí se pone justo debajo a la altura de Nana. Muy, muy grande.

Noel, las imágenes no se ven... pero, definitivamente, me hago una idea. ¡Hay muchas ganas!

8 de abril de 2007, 17:11  
Anonymous Anónimo said...

Yo sí que veo las imágenes. Son puro pulp, desde luego. Yo también lo espero con ganas.

PD: Estuve viendo "Rabbits" y casi me da algo. Es una cosa bizarrísima y extrañísima. Madre del amor hermoso, cómo está la cabeza de ese hombre...

8 de abril de 2007, 17:31  
Blogger Señor Toldo said...

Vale, el problema era que con firefox se me cortaban las direcciones. Ya las he visto y, sí, pintaza del copón.

Yo de Rabbits solo vi el primer episodio y me quedé :|, pero después de los insertos que hay en Inland Empire se me han reavivado las ganas de ver el resto... algún día.

8 de abril de 2007, 18:59  
Anonymous Anónimo said...

Pues yo en Bad Boys 2 lo que eché en falta fue a Tcheky Karyo como malo maloso de la muerte mortalosa en lugar de a la Leoni... y Uqe grande es Last Action Hero madre del amor hermoso, sólo la escena de Hamlet ya desintegra a la mayor parte de peliculas de acción de los últimos que sé yo cuantos años, pero es que encima hay mucho más!

12 de abril de 2007, 19:33  
Blogger Álvaro said...

Tu impredecibilidad en la actualización me había sugerido que tu blog estaba muerto, pero no.

Me alegro, te agrego a RSS para no perderte la pista. Quedas alfabéticamente justo debajo de Rosebud.

12 de abril de 2007, 23:33  

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