viernes, junio 13, 2008

All the cigarettes that I have never smoked


Puede que este sea el mejor momento para ver a Russian Red y disfrutar en directo de la dulce y poderosa voz de Lourdes Hernández. Canta y desgarra almas desde una trinchera tan diminuta como para ser cubierta con un micrófono, pero cómo dispara. En imparable ascenso desde que la fichara Eureka, sacó disco en abril y ya comienza a ser habitual ver su foto en revistas de tendencias varias. Dadas sus innegables cualidades, es predecible un ascenso meteórico en las listas trendy de éxitos, incluso hay fuentes que amenazan con que empiece a aparecer con banda en los conciertos. A todo esto yo digo: NO. Porque la liviana presencia de la nínfula Lourdes se acomoda mucho mejor al recogimiento íntimo de un pub a media luz que a una Sala Heineken o Palacio de los Deportes cualquiera —síndrome Marlango ahead!—. Así que corran, miren cuándo son sus próximos conciertos y acudan mientras dure la paz antes de la inevitable tormenta mediática. Los presentes este miércoles en el Café La Palma les garantizamos que merece la pena. A pesar del murmullo que se podía filtrar desde la barra —una mezcla de ambientes que será lo primero que se eche de menos—, cada vez que la joven canta ensimismada parece que su delicada voz se vaya a romper, lo que da al instante un aura mayor de recogimiento, propicia a su exposición de letras de amores rotos, sentimientos abstractos en la gran urbe y cigarrillos a medio consumir.
· Para que se hagan una idea de lo que se pueden perder.